Amo las mañanas. Son mi parte favorita del día porque, como la primavera (primavera te amo), están henchidas de esperanza. ¿Qué va a pasar hoy? Las posibilidades son siempre infinitas.
Para aprovecharlas bien, a lo largo de los años, fui desarrollando ciertos hábitos que se convirtieron ahora en mis rituales. Si logro hacer más de la mitad de estas cosas, considero la mañana bien aprovechada:
- Salir de la cama apenas suena la alarma. Nada de snooze. El snooze me deprime y me cansa. En cambio, con solo una alarma, estoy afuera de la cama sin pensarlo y sin que me cueste (la mayoría de las veces…).
- Hacer 5 flexiones de brazos y 10 abdominales… ¡para despertar el cuerpo! (Una vez le confesé esto a mis primos y se burlaron de mí. “Para hacer 10 abdominales, ni los hagas”. No, porque no es cuestión de hacer ejercicio. Es solo cuestión de usar varios rincones del cuerpo para despertarlo. Además, es tan baja la expectativa que cumplirla es fácil y no genera resistencia. Todos sabemos que dar ese primer paso es lo que más cuesta.)
- Salir de casa. Sentir el aire fresco, el ruido de la calle, el movimiento de la gente me energiza.
- Tomar un café y pasar una hora con mis libros y cuadernos. Este es el paso más importante de mi ritual. Si lo salteo, paso el resto del día con poca batería y abrumada por tantas cuestiones terrenales (cuentas por pagar, mensajes por responder, horarios que cumplir). Con esta hora de inspiración pura como primera cosa que hago, empiezo el día ahí arriba y nada me frena. La dinámica que estuve haciendo estas últimas semanas consiste en:
- Completar mi logbook del día anterior (aprox. 10 minutos)
- Escribir tres hojas a mano, de lo que sea que venga a la mente (las páginas matutinas). La idea acá no es escribir la Gran Novela del Siglo, si no desahogar el bullicio de la mente y dejar espacio para algo nuevo (aprox. 15-30 minutos)
- Leer (aprox 15-30 minutos)
Acá hay más ideas para empezar bien la mañana.
Solo recién después de esta hora, hora y media, me doy el permiso de usar el celular. Antes, me hace mal.
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