Una señora de pelo blanco y 85 años sacó su cabeza por entre las rejas de su puerta y nos preguntó que hacíamos en esta callecita. Era un domingo a la tarde y tenía ganas de hablar. Se llamaba Anna Maria Giuseppea, “enfermera de profesión”, que después de jubilarse se dedicó a plantar flores y árboles de níspero en la callecita por la que decidimos pasear.
Nos invitó adentro. Una a una, nos mostró fotos en blanco y negro de su marido, en color las de su nieta. Los bordados que hacía los turnos a la noche en el hospital colgaban como cuadros en las paredes, recuerdos de otros tiempos.
Hace 60 años que vive en esta casa. Siena, su casa y esta callecita, 60 años atrás, eran otra cosa. “Pero yo era independiente, esa plata era mía, me la ganaba yo. Yo elegí. Fue mi decisión ser enfermera y si volviera el tiempo atrás, lo eligiría nuevamente.”
Deja un comentario