Menos mal. ¡Significa que estamos vivos!
La cuestión no pasa por si hay miedo o no hay miedo, si no por aceptar que el miedo va a estar siempre. No buscar eliminarlo, evitarlo o ignorarlo.
El miedo forma parte de ser una persona que siente, que vive, que crece, que cambia, que se transforma, que prueba, que se anima.
No hay forma de deshacerse de él. Mejor amigarse. Es mucho más fácil.
No queda otra que seguir avanzando.
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