Tenemos enemistado el concepto de “la seguridad” o la “zona de confort”, como si fuera algo negativo… Cuando en realidad, no se trata de saltar el vacío.
No queremos deshacernos de la zona de confort, si no de agrandarla — cada vez más.
Crecer y expandirse, probar cosas nuevas, la transformación… requiere hacerlo desde un lugar donde nos podamos sentir seguros, cómodos, sobre terreno estable y conocido.
Es desde esta tranquilidad donde apliamos esa zona de confort y es esa misma tranquilidad la que la sostiene. Gracias a esa tranquilidad, tienes raíces. El crecimiento, desde este lugar, no es volátil. Es sólido, fuerte, resiliente.
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