—Che, ¿qué hace Sharon? Junta cosas de la calle y se las mete en el bolsillo.
Quiero decir que sí, que es cierto, pero que en mi defensa, no meto cualquier cosa en mi bolsillo. Pero ¿cómo no guardarme estas flores aplastadas o esas hojas de color tan raro?
No sé qué significa. Mentira, en realidad sí. Bien en el fondo, quiero guardármela para que se quede con ese color y esa forma para siempre. Las pego en mi cuaderno, las pego en la pared. Quiero alejarlas del Tiempo, que su galope imparable no las alcance a ellas también.
Pero el Tiempo no se puede frenar, por más que yo quiera. Así que al menos me sirven para enseñarme, muy de a poco, que nos alcanza a todos. Que no le tenga miedo, pero que no olvide: siempre se mueve.
Deja un comentario