Parte de mí no quiere enviarte esta carta con este tema.
Sería mucho más fácil si no fuera cierto.
Pero lo es:
Sí.
Parte del proceso es *no saber*.
Ya sé, suena terrible y tan cliché.
(No me odies, soy solo la mensajera!)
Lo sé.
Pero es un cliché por una razón.
El proceso en el que estás —proceso de cambio, creativo, trabajo, de identidad— requiere que en algún momento te entregues al no saber.
Pero!
(Menos mal hay un “pero”…)
La buena noticia es que no tiene porqué ser tan terrible.
Qué pasa si lo pensamos desde esta otra forma:
No es necesario saber las respuestas.
Es más importante saber, distinguir y desarrollar los recursos con los que cuentas para encontrar esas respuestas—sea cual sea la circunstancia en la que te encuentres
Hay mucho miedo en aceptar no saber.
Es uno de los desafíos que más veo en mis sesiones:
La necesidad de tener garantías (o “respuestas” o “certezas” antes de lanzarte a algo diferente.
La sola idea de entregarte a algo sin saber en qué va a resultar.
¿Y cómo no? ¡Nos enseñaron a evitar la incertidumbre desde que nacimos!
Pero no tiene porqué ser cierto.
OK, OK, muy lindo todo. Pero entonces, si no necesitas las respuestas, ¿qué es lo que *sí* necesitas?
(Acá si estoy feliz de contarte:)
Necesitas recordar que…
- No necesitas tenerlo todo claro para empezar (el camino te va a sorprender).
- No se trata de saber las respuestas con la mente (se trata de saber —a nivel corporal y como resultado de la experiencia— que cuentas con los recursos para acercarte a esas respuestas a medida que se despliega el camino).
- Una cosa lleva a la otra (el proceso mismo te va a guiar, aunque tu mente no tenga idea y esté asustada — confía).
- El camino mismo te abrirá puertas (y tu trabajo es prestar atención para reconocerlas cuando lo hagan).
¿Cómo lo sé?
Porque lo veo en cada proceso de coaching que hago. En cada uno. Lo vi tantas veces ya que te puedo —sí!— garantizar que estas 5 cosas pasarán.
La seguridad que tanto buscas no está ahí afuera.
La seguridad que buscas está en ti.
En tu adaptabilidad.
En tu capacidad de aprender y desaprender.
En tu trabajo interno.
En tu confianza para resolver y solucionar y activar.
En tu poder de tomar la iniciativa y reajustar el camino a medida que lo caminas.
En darte cuenta que equivocarte es una parte más del proceso.
En buscar y construir.
Y sí, también: en disfrutar del proceso. Tal vez se trata de no saber y aprender a disfrutar de esto.
Y ahora te pregunto:
🔸 ¿Qué te genera la incertidumbre? ¿Qué es lo que más te da miedo de no saber? ¿Qué harías si el miedo a no saber no te paralizara? ¿Qué haces cuando viene la incertidumbre?🔸
Y si quieres compartir(te), responde a este mail y cuéntame.
Con cariño y hasta la próxima carta,
Sharon
PD. “Tienes miedo de entregarte porque no quieres perder el control. pero nunca tuviste el control! Lo único que tenías era ansiedad.” —Elizabeth Gilbert.
PD2. Mucho amor, que estamos todos caminando este camino.
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